En la relación entre los amigos se valora mucho el que se pueda guardar un secreto. Los adolescentes entienden esto como una señal de lealtad. El problema surge cuando el secreto puede poner en riesgo la salud o incluso la vida de alguien. ¿Qué pasa si un amigo me confía o me entero por casualidad que se está provocando vómitos? ¿O se está autoagrediendo? ¿O…ha pensado en el suicidio? ¿Qué pasa si ese amigo me dice: «Si le cuentas a alguien ya no serás mi amigo, si le cuentas a alguien yo estaré peor, nadie me puede ayudar, yo solo saldré adelante». Esos discursos contribuyen a establecer un verdadero código del silencio producto de una lealtad mal entendida. El amigo adolescente se ve atrapado y no sabe cómo actuar. Mi consejo es que optes por correr el riesgo de perder una amistad, pero no optes por el riesgo de perder a tu amigo. Habla con un adulto de tu confianza y anima a tu amigo a que lo haga.